Karl Oenike (1862-1924) fue un reputado paisajista alemán que participó en varias expediciones científicas en Sudamérica durante los años 1887-1891 como pintor y fotógrafo. Escribió diarios detallados, realizó mapas topográficos, dibujos, bocetos, acuarelas, óleos y fotografías durante estas expediciones, que ofrecen una valiosa perspectiva de regiones y poblaciones remotas, y de las dificultades con las que se encontraron los exploradores alemanes en la década de 1880. Pocos artistas del género del arte exótico han representado mejor la “magia de la selva” en sus cuadros. 

Karl Oenike nació en Berlín el 9 de abril de 1862. Estudió arte en la Berliner Kunstakademie de 1879 a 1886 con el profesor Eugen Bracht de:Eugen Bracht, que era un respetado pintor de paisajes de “motivos orientales”.

En 1887 fue invitado por el profesor Ludwig Brackebusch a participar en una expedición geográfica y geológica que recorrió la cordillera de los Andes desde la provincia de San Juan hasta la provincia de Catamarca, en el noroeste de Argentina. Posteriormente participó en otras expediciones al NE de Argentina, Paraguay y Brasil.

Durante su estancia en Buenos Aires, Argentina, conoció a Wilhelmine Fehling, con quien se casó en 1891 y con quien se trasladó de nuevo a Berlín. Tuvieron cuatro hijas, Charlotte, Marie Henriette, Wilhelmine Gertrud y Luise Irmgard.

A su regreso a Berlín, Karl Oenike se dedicó a pintar paisajes, principalmente en el norte de Europa. Recibió encargos para pintar castillos, paisajes, reproducir escenas históricas, etc. y participó en varias exposiciones. Fue un artista muy prolífico, que utilizó diversas técnicas como el grabado, la acuarela, la pintura al óleo, etc. Su obra más conocida es “Einzug der Pilger”, un grabado que muestra la entrada de los peregrinos en el pueblo de Belén hacia 1894, y que ha sido ampliamente reproducido en diversas publicaciones. Pero en realidad la mayor parte de su obra fue pintura de paisaje, donde plasmó su “visión personal de la naturaleza”.

Pero sus años en la región meridional de Sudamérica “ocuparon un lugar muy importante, sí, buena parte de la obra de su vida”. Dejó varios informes sobre sus viajes, algunos de los cuales se encuentran en la biblioteca de la Sociedad de Geografía de Berlín y en el Ibero-Amerikanisches Institut de Berlín. Y sus dibujos, grabados y fotografías aparecieron en diversas obras sobre Sudamérica.

Murió el 11 de abril de 1924, a la edad de 62 años. 

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