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          cialista de las escuelas alemanas" (Congreso Nacional, Cámara de Diputados,
          Diario de Sesiones, 5/6/1939: 688). Para Daniel Videla Dorna –también demócrata
          nacional– el principal peligro radicaba en los "comunistas extranjeros y lamenta-
          blemente argentinos" que querían "transformar las instituciones patrias al molde
          marxista". En este sentido, denunciaba a Enrique Dickmann por no desaprobar
          el proceder de aquellos elementos peligrosos, e indicaba que aquel desempeño
          respondía a la "triple personalidad" del diputado socialista: "nacido en Rusia,
          nacionalizado argentino y de raza judía" (Congreso Nacional, Cámara de Dipu-
          tados, Diario de Sesiones, 22/6/1939: 919). Todas esas características, en el
          marco de un nacionalismo cada vez más restringido, transformaban a Dickmann
          en un elemento ostensiblemente sospechoso (Friedmann 2010: 99).
            De este modo, y más allá de las diferencias ideológicas, tanto en el discurso
          de la prensa como en las sesiones parlamentarias de fines de la década de 1930
          e inicios de la de 1940, todo el espectro político argentino compartía una común
          apelación a un nacionalismo exclusivista que negaba la legitimidad del adversa-
          rio en nombre de la defensa de la "argentinidad". En ese contexto se creó la
          Comisión Investigadora de Actividades Antiargentinas que funcionó en la Cámara
          de Diputados entre los meses de junio de 1941 y 1943; con el objetivo de inves-
          tigar organizaciones e individuos con "ideologías y métodos contrarios a las
          instituciones republicanas y a nuestra soberanía". Esta comisión fue un claro
          ejemplo de un creciente consenso en torno a la eliminación de un "cuerpo
          extraño" que habría estado descomponiendo a la sociedad argentina desde
          adentro (Friedmann 2009).
            En el transcurso de sus funciones la Comisión Parlamentaria elaboró una
          serie de informes sobre las organizaciones nacionalsocialistas que habrían
          estado actuando como "células antiargentinas". Entre esos informes había uno
          referido a la educación que, basado en las denuncias de los germanoparlantes
          antinazis, advertía que las "escuelas alemanas" estaban subordinadas al Reich,
          no respetaban la legislación argentina, y sus directivos y maestros eran militan-
          tes nacionalsocialistas que ejercían una actividad de propaganda ajena a la
          docencia. Como esta situación resultaba incompatible con "los propósitos nacio-
          nalistas" del estado argentino, la comisión aconsejó cerrar esas escuelas e inha-
          bilitar a sus docentes (Congreso Nacional, Cámara de Diputados, Diario de
          Sesiones, 30/11/ 1941: 854-860; Friedmann 2010:102).


          III


          Las denuncias sobre la infiltración nazi propagadas por los antihitleristas no sólo
          afectaron a los nacionalsocialistas sino también tuvieron un efecto "boomerang"
          sobre los mismos alemanes que se oponían al Tercer Reich (Friedmann 2010:
          104-107). Uno de los ámbitos en los que este efecto se notó fue en la cuestión de
          la educación. Así, tras la publicación del informe de la Comisión de Actividades
          Antiargentinas, Ernesto Alemann, que fue uno de los principales impulsores de
          las denuncias sobre la "infiltración nazi" en las escuelas, se vio ante lo que perci-
          bía como una avanzada sobre los germanoparlantes en general y sobre sus inte-
          reses en particular. Por ello, como fundador y presidente de la Asociación
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