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EDUARDO DEVRIENT Y EL LIBRO SETENTA AÑOS 51
(=Debrient =Devrient), establecimiento ganadero La Constancia,
lechería y cremería; también figuran quesos La Constancia. Acerca
de una propiedad de Devrient inmediatamente vecina a Ordóñez. La
Constancia le siguió perteneciendo a Devrient hasta 1935 cuando la
vendió a Ángel Rodríguez (Delius 2018: F 96).
La investigación de Delius posee otras numerosas entradas en las que figura
Eduardo Devrient como dueño o socio de emprendimientos agrícolas, no men-
cionados en sus memorias. Solo citaremos las que se refieren a la colonia La
Internacional: una muy breve, que solamente lo menciona como posible dueño
de La Internacional entre 1901 y 1911 (Delius 2018: B 43-44); la otra, más explícita:
Es llamativo que en su libro Devrient no mencione, habiendo sido
brevemente dueño hacia 1910 de la colonia La Internacional, unas
15.000 hectáreas y que al parecer tuvo que dejarla al Banco Hipote-
cario Nacional, ni tampoco a la estancia La(s) Rosita(s) de la que tam-
bién fue temporario propietario hacia 1915. Siempre falto de capital,
describe en detalle el afán de obtener hipotecas [...]. Solo el Banco de
la Nación y el Banco Alemán Transatlántico mantenían sucursales en
Bell Ville en 1908 [...]. La escasez de bancos habilitados para darles
crédito a largos plazos a los ganaderos, y menos aún a los agriculto-
res, es documentado por Ferrero, Gringa, p. 45 (Delius 2018: F 100).
Ya que el lector conocerá las palabras del propio Devrient, tampoco reproduci-
remos aquí el resumen de su vida que ocupa seis páginas en la reseña de Delius
(Delius 2018: F 96-102), enriquecidas por rectificaciones históricas e informacio-
nes que vale la pena consultar directamente.
Eduardo Devrient describe su vida, dura en los comienzos, complicada luego
por cuestiones económicas y más relajada en los últimos años. Ocupan el cen-
tro de su biografía los años pasados en la estancia La Constancia, en las cer-
canías de Bell Ville.
Acerca de la estancia La Constancia, escribe Claudia Córdoba :
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El Sr. Devrient le compra al Sr. Carlos de la Torre las tierras donde
levanta la estancia nombrada. Su nombre se debe a una ciudad ale-
mana llamada Konstanz. Construye en el predio el casco y dependen-
cias dando alojamiento a cinco familias que son los pioneros en
laboreo agrícola ganadero. Se instala allí una central telefónica, cuya
línea se trajo de Bell Ville con el fin de agilizar los negocios con el
puerto de Rosario y Buenos Aires. Se construye además una iglesia,
escuela, comisaría y el club La Constancia; y todos los medios para
su autoabastecimiento. Esta colonia rural crece lentamente con la
llegada de nuevas familias.
2 "General Victoriano Rodríguez Estación Ferrocarril Ordóñez, Reseña histórica", Caminos
y pueblos. Historias del sudeste cordobés y el sudoeste santafesino, en http://www.caminos
ypueblos.com