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52 ANNIKA HARTMANN
del resto de imprentas alemanas. En 1890, dos años después de la lle-
gada de Mengen a Argentina, se documenta la primera actividad editorial
del taller. Los propietarios seguían un modelo de negocio que era habi-
tual a ambos lados del Atlántico en el mercado del libro del siglo XIX, y
que consistía en conjugar varias actividades en un solo establecimiento
(cf. Pastormerlo 2014: 8). Los impresores de libros, los encuadernadores o
los distribuidores de papel y artículos de papelería no dejaron la producción
de libros en manos de los libreros, sino que fundaron sus propios nego-
cios, donde imprimían y encuadernaban libros, vendían papel y artículos
de papelería y, cada vez más, funcionaban también como editores locales
(cf. Jäger 2010: 159). La “papelería” Fessel & Mengen, en la que también se
imprimían y publicaban textos, fue un ejemplo paradigmático de ello. A lo
largo de su existencia documentada, es decir, aproximadamente de 1890
a 1930, el negocio cambió varias veces de ubicación, de propietarios e
incluso de nombre. Esto último fue también una señal de los cambios en el
enfoque del negocio . El negocio siguió llamándose Fessel y Mengen antes
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de que Mengen, a menudo abreviado como O.B. Mengen, se convirtiera en
su único propietario alrededor de 1908 .
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En la vida privada. Mengen también logró afianzarse rápidamente, por
lo visto estableciendo contacto al principio con otras personas de habla
alemana: probablemente conoció en Buenos Aires a Helene que, nacida
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en 1873, era diez años menor que él y también de ascendencia alemana.
Se casaron y se mudaron a una casa en “Villa Catalinas”, barrio instalado
pocos años antes, en 1887, junto a una nueva línea de ferrocarril, y que
por aquel entonces todavía era un suburbio de Buenos Aires . En 1895,
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como puede verse en el álbum de fotos privado, tuvieron una hija llamada
Elsa (Álbum de fotos de 1895). En apenas siete años, el tipógrafo Oscar B.
Mengen, que había salido de Alemania en 1888 en la cubierta intermedia,
el alojamiento más barato y menos confortable para los pasajeros de los
barcos de vapor en el siglo XIX, había abierto su propio negocio, formado
una familia y comprado una casa propia.
La historia de su llegada a Argentina, tanto en lo profesional como en
lo personal, es contada por Oscar B. y Helene Mengen de forma visual en
su álbum de fotos que enviaron como regalo de Navidad a los familiares en
Alemania en 1895. El álbum ‘materializó’ la trayectoria de Mengen: por un
14 La imprenta de libros y litografías de estos dos tipógrafos se situaba inicialmente en el
centro de Buenos Aires en la calle San Martín 176, luego en Lavalle 1119, y más tarde en
San Martín 315.
15 Todavía no está claro si Franz Fessel siguió trabajando en el negocio de la imprenta, pero
de forma independiente, después de 1911, si buscó otros sectores de negocio o, como pa-
rece probable, se retiró del negocio a partir de los 58 años. Esto también se ve respaldado
por el hecho de que ya en 1906 renunció a su cargo como miembro de la junta directiva de
la sección de Artes Gráficas de la Unión Industrial Argentina (“Segunda asamblea” 1906: 77).
16 En una entrevista realizada por Monica Bader a un descendiente de la familia Mengen,
la persona mencionó Vogt o Voigt (pronunciación casi homofónica en alemán), junto a
“van Rossum”, como posible apellido de soltera. En las bases de datos genealógicas no
se pudo comprobar aún cuál era el apellido de soltera correcto de Helene Mengen.
17 En 1901, el barrio pasó a llamarse Villa Urquiza en honor al general argentino Justo José
de Urquiza.