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EL TIPÓGRAFO OSCAR B. MENGEN (1880-1930) 51
de “auxiliares de imprenta” de habla alemana en la industria argentina del
libro también se refleja en el hecho de que “38 colegas, como correctores,
tipógrafos, [...] litógrafos, encuadernadores, fundidores de tipos, impreso-
res de cobre y libreros” fundaran el 18 de agosto de 1889 la primera aso-
ciación profesional nacional en esta área, la alemana “Genossenschaft des
Buchgewerbes und verwandter Berufszweige” (Genossenschaft 1929: 11;
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Ferrer 2008: 101).
Queda por ver si los pioneros de origen alemán Kraft, Peuser o Laass
& Stiller reclutaron trabajadores en Alemania para sus empresas a través
de agentes de emigración. En las publicaciones de este gremio o en los
periódicos de la emigración, una muestra aleatoria no ha encontrado hasta
ahora ningún anuncio de este tipo, sino solo la referencia general de que
trabajadores “de toda clase” encontraban en Argentina “empleos dignos
en la ciudad misma o en el campo” (“Argentinien” 1870: 107). Teniendo en
cuenta que tanto Kraft como Mengen provenían de Brunswick (cf. Costa
2016: 1), es muy posible que Kraft mantuviera contactos con Brunswick y
que, a través de redes específicas de la profesión, Mengen haya recibido
información sobre el rápido progreso de Peuser o de Kraft, lo que le animó
a marcharse a Argentina.
No está claro cómo fueron los primeros años de Mengen en Argentina,
dónde se alojó ni dónde encontró empleo inicialmente. Quizás trabajó pri-
mero en la “Lithographische Anstalt” (establecimiento litográfico) de Guiller-
mo Kraft & Cía., donde también estaba ocupado como tipógrafo su futuro
socio comercial, Franz (Francisco) Fessel, nacido en 1853 y diez años mayor
que él (cf. Bachmann 1886: 63) . La cuestión de si Fessel y Mengen se co-
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nocían de Alemania y ya planeaban allí abrir un negocio juntos en el extran-
jero sigue abierta, al igual que la del capital inicial. Sin embargo, es probable
que esta asociación haya aportado la seguridad (financiera) necesaria para
asumir el riesgo de fundar una empresa. Al observar las otras imprentas
y editoriales fundadas desde mediados del siglo XIX, queda claro que la
mayoría de esos arriesgados emprendimientos se abordaban en compañía
de otros hablantes del alemán. Por cierto, los inmigrantes alemanes no fue-
ron una excepción en este sentido; a finales del siglo XIX otros inmigrantes
también organizaron inicialmente su vida empresarial según criterios étnicos
(cf. Diego 2011: 225). El mundo de negocios de los impresores germanoha-
blantes era presumiblemente muy fluido y flexible: como muestran los deta-
lles editoriales de las publicaciones editadas por Mengen y/o Fessel, ambos
entablaron relaciones comerciales con diversos socios de habla alemana en
el periodo comprendido entre 1880 y 1930 (cf. Hartmann 2021).
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Los dos tipógrafos abrieron su negocio, la Papelería Fessel & Mengen,
en el centro de la ciudad, en la calle San Martín 315, en las inmediaciones
11 Los representantes de esta cooperativa vieron en su asociación un precursor del poste-
rior sindicato Federación Gráfica Bonaerense (Genossenschaft 1929: 11).
12 Sobre Fessel hay aún menos información que sobre Mengen. El año de nacimiento se
puede encontrar en las listas de pasajeros de Hamburgo del 12 de septiembre de 1908.
13 Fessel colaboró con un tal ‘Schneider’ en 1891; otro socio de Mengen era un tal Laass,
que presumiblemente tenía conexiones familiares con la editorial Stiller & Laass, fundada
a mediados del siglo XIX. Con Laass, Mengen imprimió cuando Fessel se retiró.