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          argentina del movimiento de Strasser confluyeron acontecimientos internaciona-
          les con la coyuntura política local. Al decisivo giro tomado por la Segunda Guerra
          Mundial, que no dejaba lugar a dudas acerca de la inminente derrota del Tercer
          Reich; y a la difusión mundial de los crímenes perpetrados contra los judíos en
          la Europa ocupada por los nazis, se sumó el pronunciado cambio en el contexto
          político argentino provocado por el golpe de estado que posteriormente catapul-
          taría a Juan Domingo Perón al primer plano de la escena política nacional. El
          Frei-Deutschland-Bewegung debió afrontar las mismas consecuencias directas
          que sobre los germanohablantes antinazis de la Argentina tuvo el golpe militar
          de junio de 1943. El periódico comunista Volksblatt fue prohibido en septiembre
          de aquel año y algunos de sus colaboradores fueron arrestados. Otros, entre los
          que se contaban distintas personalidades del ambiente político argentino, debie-
          ron emigrar a Uruguay luego de que el decreto 1050 del 17 de enero de 1944
          prohibiera las actividades de varios partidos políticos y de diversas agrupaciones
          antifascistas. Hacia allí también se trasladó –aunque solo provisionalmente– la
          redacción del periódico Das Andere Deutschland, que entre enero y marzo de
          1944, y con la dirección de Heinrich Grönewald, editó la revista bajo el nombre
          “La otra Alemania” (Friedmann 2010: 132). A diferencia de esta agrupación, que
          pervivió en la Argentina hasta finales de la década de 1940, el Frei-Deutschland-
          Bewegung local entró por ese entonces en una prolongada agonía.


          Apreciaciones finales

          El sombrío panorama presentado por el Frente Negro durante la segunda mitad
          de la década de 1930 permite explicar que una parte de sus seguidores optaran
          por reincorporarse al nacionalsocialismo local, cuya situación contrastaba nota-
          blemente con la del movimiento de Strasser. Por aquel entonces el nacionalso-
          cialismo había llevado a cabo un exitoso proceso de Gleichschaltung de gran
          parte de las instituciones de la comunidad alemana. A diferencia de otros grupos
          regionales, tanto en la dirección como entre los distintos miembros de la rama
          argentina del nacionalsocialismo siempre estuvo muy acentuado el componente
          socialista (Volberg 1981: 30; Newton 1992: 65-66). Esto resultó de vital impor-
          tancia para que los convencidos “nacionalsocialistas revolucionarios” retornaran
          al partido con el objetivo de sumarse a aquellos “elementos sanos dentro del
          NSDAP” que, en su opinión, se encontrarían combatiendo a los oportunistas
          que no tendrían nada en común con la supuestamente verdadera ideología
          original del movimiento. No obstante, la opción por reincorporarse al nacional-
          socialismo “oficial”, ya fuera por fuertes convicciones o por mero oportunismo,
          no fue la única postura tomada por quienes simpatizaron con el Frente Negro.
          Algunos de ellos se integraron a Das Andere Deutschland, que reunió a un con-
          glomerado de personas de diversas procedencias ideológicas y pertenencias
          partidarias. Muy ilustrativa de esta situación es una nota publicada en marzo de
          1941 en el diario El Mundo de Buenos Aires, en la que el Frente Negro anunciaba
          su separación de Das Andere Deutschland debido a “la tendencia comunista de
          la misma” (El Mundo, 11/3/1941). August Siemsen, líder del grupo antinazi, se
          hizo eco de aquella declaración, pero no para desmentir la participación del
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