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NACIONALSOCIALISTAS ANTIHITLERISTAS 91
difusión desempeñó un papel muy importante la actividad realizada por ambas
agrupaciones que no solo propagaron entre los germanohablantes las atrocida-
des cometidas por el nacionalsocialismo en Europa, sino que también señalaron
el “copamiento nazi” de las distintas instituciones germano-argentinas, así como
su creciente “penetración” en la política argentina y continental. Estas denuncias
sobre las actividades de una “red parda”, que en un principio se realizaron en
publicaciones de idioma alemán, tuvieron luego una fuerte repercusión en los
medios de prensa nacionales.
Las prácticas desarrolladas en el país por los nacionalsocialistas tomaron
aún mayor protagonismo con el denominado “affaire de la Patagonia”, motori-
zado por numerosos medios de prensa que publicaron un presunto plan del
gobierno alemán para apoderarse del sur argentino (Newton 1997: 240-262). La
portada del AT del 31 de enero de 1939 presentaba un extenso artículo sobre
las maniobras nazis tendientes a la separación de la Patagonia del resto del
territorio nacional. Al día siguiente, el periódico señalaba que el principal objetivo
de la propaganda separatista era allanar el camino a una invasión continental
alemana que, como en el caso checoslovaco, podría contar con el respaldo de
la numerosa y “nazificada” colonia germana local (AT, 1/2/1939: 1). Incluso se
denunció un supuesto ofrecimiento realizado por los nazis para la provisión de
“armas y municiones” con el objetivo de realizar “una revolución en la Patagonia”
(AT, 8/9/1939: 3). El escándalo de la Patagonia se vio reforzado luego de que el
AT y Noticias Gráficas tomaran conocimiento del contenido de una serie de
documentos entregados el 20 de marzo de 1939 por Heinrich Jürges “quien se
había desempeñado como vicepresidente del Frente Negro sudamericano” al
presidente Ortiz que aceleraron, desde aquel momento, la campaña que ambas
publicaciones habían emprendido contra las actividades de los nazis en la Argen-
tina (Rout y Bratzel 1984: 611-623). A partir de entonces, el “peligro alemán” y
el “espionaje nazi” se transformaron en temas constantes de la política interna.
Estas imputaciones incrementaron el temor de un posible golpe de estado
encabezado por argentinos pro nazis que, dispuestos a derribar a Ortiz para
establecer un “régimen fascista” apoyado desde Europa, habrían contado con
la complicidad de los alemanes que vivían en la Argentina. Esta posibilidad
resultó verosímil para una opinión pública sensibilizada a partir del clima creado
por las mencionadas denuncias, así como por el frustrado intento de golpe de
estado de 1938 del movimiento integralista en Brasil, supuestamente apoyado
por los alemanes allí residentes. Asimismo, la percepción de un peligro latente
se vio incrementada por las intentonas desestabilizadoras llevadas a cabo en la
segunda mitad del mismo año en Chile, caracterizadas en el diario Crítica como
“un putsch nazista” que perseguía el objetivo de apoderarse del gobierno tra-
sandino “para operar desde allí contra la Argentina” (Crítica, 8/9/1938: 3). Ade-
más de ser reflejados por los medios locales más importantes, los informes sobre
el “affaire de la Patagonia” tuvieron también una amplia repercusión internacio-
nal. El inminente peligro de una separación del sur argentino del resto del país
estimulada por intereses extranjeros fue un tema constante de discusión en la
prensa sudamericana. Las noticias llegaron a publicarse en The Washington
Post, lo que motivó que, desde la redacción del periódico AT, se anunciara la
constitución de un “frente americano contra los abusos nazis” (AT, 9/4/1939)