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88 GERMÁN C. FRIEDMANN
Diferenciándose de la posición adoptada por Dang y Zech, en su columna
del AT, la agrupación republicana “Reichsbanner” de Buenos Aires consideraba
que compartía similitudes con el Frente Negro que iban más allá del rechazo al
régimen de Hitler:
La justicia social, la libertad para el pueblo alemán, la neutralidad en
materia religiosa y el rechazo del odio racial fueron los fundamentos del
pensamiento del Reichsbanner. Estas mismas ideas las encontramos
en el programa ‘Frente Negro’ del Dr. Otto Strasser. (AT, 1/2/1936: 7).
La dirección del Reichsbanner porteño llamó a sus camaradas a marchar junto
al Frente Negro. Aunque reconocía que los miembros de ambos grupos se
habían “enfrentado anteriormente en algunas peleas de salón”, éstas no ten-
drían ninguna relevancia en comparación con el objetivo principal: “la creación
de un frente compacto para derrocar al sistema actual en Alemania”
(SF, 1/2/1936: 3). Finalmente fracasó la conformación de una alianza antihitle-
rista que incluyera al Frente Negro, no solo por el rechazo de gran parte de los
alemanes antinazis a unirse con aquella agrupación, sino también por una
crisis interna que incluyó enfrentamientos entre sus principales dirigentes de
la Argentina, así como dificultades financieras y la pérdida de contacto con
Strasser, quien debió abandonar Checoslovaquia poco antes de que fuera
ocupada por el ejército alemán.
Las complejas relaciones de los antihitleristas germanoparlantes
Tras un largo periplo por diversos países europeos, y gracias a la intermediación
de las autoridades británicas, Otto Strasser logró establecerse en Montreal en
abril de 1941. (Keyserlingk 1983: 614-645; Stafford 2013). Desde allí reanudó
algunos contactos con parte de sus seguidores, hecho que se vio confirmado
el 30 de enero de 1941 con la fundación del Frei-Deutschland-Bewegung (Movi-
miento Alemania Libre). Esta organización, presidida por Strasser, contó en sus
inicios con dos sedes principales, una dirigida desde Nueva York por Kurt Singer;
y la otra, radicada en Buenos Aires, liderada por Bruno Fricke. Su manifiesto
fundacional expresaba la voluntad de liberar a Alemania del “terror pardo” de
Hitler, definido como “una mezcla peligrosa de imperialismo prusiano y dema-
gogia moderna de masas”, y explicitaba, además, la intención de reunir “a todas
las fuerzas cristianas, democráticas y liberales del mundo para luchar contra el
totalitarismo y la dictadura, tanto en el interior como en el exterior”. (Frei-Deutsch-
land Bewegung, 1941). La proclama de la nueva agrupación incluía aspectos
totalmente novedosos con respecto al período previo del Frente Negro. En primer
lugar, adoptaba los términos nazi o nazismo –equiparados en este caso a “hit-
lerismo”–, palabras que en su origen tenían una connotación peyorativa y eran
muy pocas veces utilizadas por quienes se auto denominaban “nacionalsocia-
listas”. Del mismo modo, la apelación a las fuerzas cristianas y la reivindicación
de los valores liberales conformaban dos elementos extraños a la ideología
nacionalsocialista, tanto en su versión “hitlerista” como en la “strasserista”.