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LA HISTORIA DE COLONIA LIEBIG Y SU COOPERATIVA AGRÍCOLA 29
fueron "apadrinados" por la Embajada de Alemania y también por los miembros
más influyentes de la colectividad alemana en Buenos Aires, la empresa de ferro-
carriles y la Liebig's Extract of Meat Company Limited (Compañía Liebig de
Extracto de Carnes Limitada, en adelante Compañía Liebig), que terminaría dán-
dole el nombre a la colonia. En pocas semanas se resolvió la estadía en el hotel
de inmigrantes de Buenos Aires y la búsqueda de tierras donde establecer a los
cerca de 300 colonos que ya se encontraban en camino. (Ibid.)
La comisión recibió varias ofertas de tierras para la instalación de la colonia.
La primera posibilidad que se les ofreció fue comprar tierra fiscal a 50 pesos por
hectárea, en la zona del entonces Territorio Nacional del Chaco, que demostraba
ser bastante apropiada para el cultivo de algodón. Por otro lado, el empresario
alemán Adolf Schwelm les propuso participar del proyecto de colonización que
él mismo estaba llevando adelante, en el Eldorado, Misiones, pero los colonos
no contaban con los recursos necesarios para ello. Fue la opción que les pre-
sentó el director de la filial en Argentina de la empresa Stinnes, Edmund Wagen-
knecht, la que les resultó más atractiva y conveniente. Se trataba de los terrenos
que la Compañía Liebig poseía en la frontera entre las actuales provincias de
Misiones y Corrientes: unas 40.000 hectáreas cerca de la localidad de Apósto-
les. Además de las condiciones geográficas, también el precio de venta era más
favorable que en el Chaco, ya que cada hectárea costaba 40 pesos argentinos.
El gerente del Ferrocarril Nordeste Argentino (de capitales ingleses), que estaba
interesado en el desarrollo de la región, ofreció pasajes sin costo para que la
comisión hiciera un reconocimiento de la zona, y también el traslado gratuito de
los demás miembros de la sociedad colonizadora, una vez que llegaran al país. 6
A poco más de un mes de haber partido, el primer contingente desembarcó
en Buenos Aires. Lo normal era que los recién llegados se alojaran en el hotel
durante una semana, pero los colonos de la sociedad "Neu-Karlsruhe" perma-
necieron allí casi dos meses, sin costo alguno, gracias a un pedido de la Emba-
jada Alemana a las autoridades locales de inmigración. La razón por la cual
permanecieron allí tanto tiempo es que todavía no habían finalizado las nego-
ciaciones con la Compañía Liebig para la compra de los lotes, porque los colo-
nos no contaban con el dinero para llevarla a cabo. (Ibid.)
Lo cierto es que el grupo de inmigrantes prácticamente no tenía capital
alguno con el cual empezar un proyecto de colonización. Esto se debía, en parte,
a la poca información con que contaban acerca de su destino final al momento
de la partida y también al hecho de que, una vez en Buenos Aires y a pesar de
las advertencias, algunos miembros de la sociedad que contaban con el mayor
capital y las herramientas de trabajo decidieron separarse del resto y seguir
rumbo a Paraguay. Esta situación derivó en que los colonos quedaran a merced
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de los "benefactores" antes mencionados. El terrateniente alemán Francisco
6 Stichel a Pauli, Buenos Aires, 12/04/1924. PAAA, Embajada de Alemania. Buenos Aires,
box 68.
7 Von Reiswitz a Meyer, Buenos Aires, 24/04/1924. PAAA, Embajada de Alemania. Buenos
Aires, box 68. (Meyer era un empresario alemán, propietario de tierras en el territorio de
Corrientes, por lo que la Embajada de Alemania lo contactó para solicitarle información sobre
la zona, en vistas a la posibilidad de que los colonos se establecieran allí).