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164 GERMÁN KRATOCHWIL
tarde directora de la institución, y mi persona, inmigrante austríaco que había
obtenido recientemente el título de Licenciado en Sociología de la UBA. Me
desempeñé como secretario académico y director de Investigaciones del Pro-
yecto.
Todos pertenecíamos, padres y sus hijos, a la inmigración calificada, que llegó a
estas tierras después del 1945, mayormente familias con integrantes capacitados y
con motivaciones de desarrollo personal en el país de acogida. A poco tiempo, por
sus conocimientos, esfuerzos y sacrificios, muchos de estos inmigrantes reconstru-
yeron sus vidas y pudieron alcanzar un buen nivel de clase media. Tal es así, que
años después, la pareja Graf hizo realidad su deseo de hacer un aporte al país y
puso en marcha el Proyecto Fundación Servicio Social en la Empresa: ella con sus
conocimientos profesionales y sus vínculos con asistentes sociales locales y euro-
peos, su esposo, con sus nexos profesionales en el mundo empresarial. Se logró
así el apoyo de más de cincuenta empresas argentinas, entre ellas muchas del núcleo
de empresas más prestigiosas del país. Todas ellas facilitaron a la flamante Fundación
recursos y posibilidades para implementar múltiples programas sociales, a cargo de
asistentes sociales que debían ser capacitadas y supervisadas por el Instituto de
Formación Superior, que se creó para tal fin. Desde el inicio fue de fundamental
importancia haber logrado para el proyecto un sólido financiamiento adicional de la
cooperación técnica alemana GTZ (Gesellschaft für Technische Zusammenarbeit –
Sociedad para la cooperación económica, órgano ejecutor de la cooperación inter-
nacional del Ministerio de Cooperación Económica y Desarrollo alemán).
El Servicio Social en la Empresa (SSE) y la Fundación Servicio
Social en la Empresa (FSSE)
El SSE se considera operativamente un "agente de integración del personal en la
empresa, que aporta a la solución de problemas individuales y grupales; estimula y
orienta el aprovechamiento de todos los recursos de la comunidad" (folleto FSSE
1968). Despliega programas para el trabajador y su familia en sintonía con la política
de personal de la empresa (gerenciado generalmente por su área de recursos huma-
nos). Las acciones incluyen una amplia variedad de temas como: Asistencia médica,
alimentación, guarderías, préstamos personales, subsidios, becas, ayudas para el
estudio, biblioteca, transporte, proveeduría, cooperativas y mutuales, seguros,
vivienda, ayuda al pre-jubilado, deporte y descuentos en los productos de la empresa
(FSSE 1974: s. p.). Esas actividades deben ser conducidas por un profesional debi-
damente capacitado, el asistente social especializado en empresa, quien, como tal,
deberá ocupar un lugar específico en el organigrama de la empresa.
Alrededor de 1900 comenzaron a actuar las primeras asistentes sociales en
empresas de los países más industrializados de Europa, llegando a tener mayor
presencia en Francia, Alemania, España e Italia. En América Latina el servicio
social en empresas surgió a partir de experiencias chilenas en los años 20 y se
concretó paulatinamente en otros países a través de políticas públicas como en
Brasil y Perú, o iniciativas privadas, como a través de la Asociación de Empre-
sarios Católicos en Uruguay (cf. folleto FSSE 1968). Entre las empresas que
adoptaron este servicio predominaron las grandes y privadas.