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          Aparecen también algunas menciones a la crítica situación de la comunidad cien-
          tífica en Alemania, pero las pocas colectas que organizó la comunidad en los años
          a partir de 1930 fueron destinadas para la ayuda de los millones de desempleados
          que había dejado la República de Weimar.
            Podría suponerse de antemano que la DWV, una institución compuesta casi
          exclusivamente por alemanes nativos varones, en su gran mayoría de mentalidad
          conservadora y defensores acérrimos de la monarquía guillermina, se habría
          acomodado rápidamente a la nueva ideología de corte racista que daría al pue-
          blo alemán una nueva base en donde sustentar su superioridad. Existen, además
          del artículo anteriormente citado, comentarios a libros que tratan el tema de la
          raza, la eugenesia o incluso un artículo que discute la tesis del filósofo Oswald
          Spengler sobre la decadencia del mundo occidental (defendida por Ernesto
          Quesada también en Phoenix, lo que muestra que el debate estaba abierto)
          contraponiéndola a la existencia de una raza nórdica optimista y segura de sí
          misma . Sin embargo, no hay ninguna alusión directa al Führer sino, en todo
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          caso, al "gobierno alemán" y no se adoptó ninguna simbología nazi en sus pági-
          nas a partir de 1933. En el comentario a un libro titulado Deutsche Arbeit in
          Südamerika  en el año 1935, Tepp se quejaba de que el trabajo y la lucha del
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          colono alemán en suelo sudamericano era muy poco reconocido en la madre
          patria. De haberlo sido, afirmaba, dejarían de pelearse los alemanes para atraer
          al alemán en el extranjero a sus filas partidarias, en probable referencia al con-
          texto que le tocaba vivir. Concluía, entonces, que "para los alemanes en el
          extranjero solo existían los alemanes" (Phoenix 1935: 125).
            Los últimos números de la revista fueron bajando en cantidad y, quizá tam-
          bién, en calidad académica. Tepp fue teniendo una presencia muy marcada en
          sus páginas. Escribía sobre todo acerca de la flora patagónica –un tema que se
          tornó harto recurrente– y realizaba casi la totalidad de los comentarios a libros.
          La publicación de artículos escritos por alemanes ilustres pero ya fallecidos,
          como Ulrich Schmidl, Alexander von Humboldt y Wilhelm Dilthey sugiere que las
          colaboraciones con la revista iban en declive. Con menos ediciones, menos
          números de páginas y menos artículos Phoenix dejó de publicarse en algún
          momento de 1939, cuando comenzaba la Segunda Guerra Mundial, sin dejar
          rastros, ni cenizas.
            A pesar de que la evocación al pasado y la arenga a la juventud podrían
          haberse asimilado al discurso nacionalsocialista, este no tuvo lugar en las pági-
          nas de la publicación. En algún punto, el discurso de la alemanidad se alejó de
          lo científico y se acercó al estudio del idioma y a los rasgos característicos de
          un pasado cultural común. Con esto, reaparecía esa idea del futuro de la ale-
          manidad que se apoyaba en la esperanza que suscitaban las generaciones
          venideras. Por otra parte, lo alemán en el extranjero dejaba de hacer referencia
          a los nacidos en el Reich que habitaban en Argentina. El discurso elitista que
          ponía lo mejor de la alemanidad en los alemanes nativos (y científicos) había


          18   Para esta discusión véase Quesada 1930 y Brunswig 1931.
          19   "El entorno sudamericano del alemán en el extranjero". De hecho, varias publicaciones de
          Phoenix se utilizaron como cuadernos de la serie "Die Umwelt des Auslandsdeutschen" editada
          por Max Tepp.
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