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LUIS FERNANDO RUEZ: EXILIO POLÍTICO, SACRIFICIO INTERRUMPIDO  23



               sanos y salvos en el vapor Argentina (ibid.: 212). El 28 de julio de 1921
               zarpa hacia Buenos Aires.


               En el Chaco: primer encuentro con la alteridad americana
               y cultivo de sí

               El plan original de Ruez es dirigirse hacia Paraguay, pero imposibilitado de
               costear el viaje se ve forzado a quedarse en Buenos Aires . El cónsul ale-
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               mán le ofrece trabajo como asistente en el Hospital Alemán, pero él declina
               el ofrecimiento porque “quería enterrarme ante los hombres, el mundo en-
               tero me repugnaba” (ibid.: 215 ). Así es que el primer “agujero” en el que un
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               desolado Ruez se “entierra” lleva el nombre de Chaco, más precisamente
               la colonia Charata, destino que la Oficina de Inmigración le sugiere cuando
               él manifiesta que se considera un “refugiado político” (id.).

                     La llegada fue demoledora. Habíamos esperado encontrar algo
                     como una administración de colonias con un hotel de inmigrantes y
                     vimos, con espanto, que debíamos valernos por nosotros mismos.
                     […] Por aquellos tiempos, Charata era una mísera aldea de ranchos
                     de adobe. (Ibid.: 216)

               Al poco tiempo de llegar al Chaco protagoniza una verdadera aventura en
               Pampa  del  Infierno  conviviendo  durante  unos  meses  con  unos  gauchos
               cuatreros (ibid. 219-222). Su supervivencia y la de su familia en el monte
               depende de la ayuda de estos Indianer a los que retribuye con ropas, en-
               seres y servicios médicos. La “hospitalidad típica de los nativos”  (Ruez
                                                                        15
               1955: 507; “Comienzo”: 132) queda atestiguada por un episodio crucial en
               el que Ruez, el médico, es sanado por una curandera indígena. En efecto,
               rescatado por los indios tras haberse perdido y ser herido por un puma,
               “una anciana india se ocupó de curarme. Además, vio que no teníamos
               nada para comer. Que Dios recompense este acto. Hace mucho que ella
               descansa en la eternidad, pues murió un año más tarde en mis brazos”
               (Familienchronik ms: 222).
                  La aventura “entre indios y gauchos” descubre en la personalidad de
               Ruez rasgos de audacia, perseverancia, gratitud y no poca curiosidad. De
               este modo, nuestro protagonista parece dispuesto a cultivar su carácter,
               abriéndose al contacto con la naturaleza y con las alteridades étnicas y cul-

               13    Ruez trae consigo cierta suma de dinero pero durante el viaje transatlántico sus mar-
               cos se “derriten”, como dice, debido a la devaluación monetaria en Alemania. Al llegar a
               Buenos Aires se siente por primera vez en su vida un “mendigo como castigo por mi amor
               a la patria” (Familienchronik ms.: 215).
               14    Las escenas Familienchronik ms.: 215-228, referidas a Charata, se encuentran tradu-
               cidas en este Cuaderno: 104-110.
               15    Naturvölker en el original. El término refiere a “pueblos naturales”, en el sentido de
               más cercanos a la naturaleza o aún no cultivados, pero también conlleva el matiz positivo
               de pureza e inocencia. Acuñado por Johann Gottfried Herder, Naturvölker (en oposición
               a Kulturvölker) ha sido de uso corriente en la literatura etnológica de habla germánica
               durante los siglos XIX y XX.
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