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28 AXEL LAZZARI
de Ruez en este certamen confirma su autoimagen como escritor en el
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exilio político y como antinazi. Por otra parte, como se vio, su antinazismo
no excluía algunas coincidencias con vertientes ideológicas que sí desem-
bocaban en el estuario nazi. Su relación con una revista alemana de medi-
cina arroja luz sobre este particular. En efecto, antes y durante la Segun-
da Guerra, Ruez publica en la revista Hippokrates algunas breves noticias
sobre el tratamiento de la malaria y sobre los antídotos contra venenos de
serpiente (ver Ruez 1937, 1941, 1942). Esta publicación promovía un enfo-
que holístico de la salud y la enfermedad, y estaba íntimamente relacionada
con el movimiento de entreguerras de la Neue Deustche Heilkunde (Nueva
Medicina Alemana). Más tarde, la medicina nacionalsocialista se apropiaría
selectivamente de este universo ideológico que propugnaba un retorno al
“arte” hipocrático y a la Naturphilosophie como remedios contra la “crisis
de la medicina” engendrada por el exceso de racionalismo, la especializa-
ción y la masividad . Sin necesariamente adherir al derrotero ideológico de
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Hippokrates durante la Alemania nazi, el vínculo de Ruez con el universo de
la medicina holística y alternativa queda evidenciado a través de su con-
tacto con el médico homeópata, farmacólogo e industrial Gerhard Madaus
quien, en su conocido manual de medicina natural, recuerda haber acon-
sejado a Ruez usar la corteza de quina (Cinchonea cortex) como remedio
contra la malaria en Misiones (Madaus 1979: 309).
Si los hechos mencionados nos muestran a un Ruez obligado a exiliar-
se (por los nazis, entre otros) y abogando por la medicina naturista (como
algunos nazis, entre tantos otros alemanes), su posición decididamente an-
tinazi se afirma en función de un episodio particular ocurrido en los años
previos a la Segunda Guerra en la colonia Puerto Rico. En efecto, son los
ataques “contra los católicos” por parte de los nazis locales, liderados por
el administrador Wilhelm Schuster, los que llevan a Ruez a oponérseles
frontalmente. En este enfrentamiento sufre un boicot —apoyado incluso por
“falsos católicos”— que le cuesta la amistad de muchos en Puerto Rico y
le acarrea serias dificultades económicas (Familienchronik ms.: 255-258) .
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Tras la rendición incondicional de Alemania en 1945, los nazis de la colonia
se repliegan y mimetizan, pero no por ello Ruez, en cuanto alemán, pue-
26 Bajo la dirección de Thomas Mann, el concurso literario otorgaba como primer premio
la importante suma de 4.520 dólares. El texto de Ruez, con el seudónimo Migi Seefeld y
titulado Die Ersten gehen tot [Se mueren los primeros], fue aceptado ya que hay registro
de correspondencia. Incidentalmente, Ruez comenta en carta a la Liga que su escritura es
“personal y con humor, y nunca choca siquiera por insinuación con las buenas costum-
bres y la moral, sino que siempre defiende sin ambigüedades el punto de vista católico.
Nunca he escrito o mucho menos publicado una sola línea que, para citar a un poeta ale-
mán, «no pueda ser leída por una mujer alemana sin que tenga que sonrojarse»” (Legajo
Luis Ruez). En las cartas al American Guild (véase este Cuaderno: 89-96), se consignan
otros títulos de la obra del autor que todavía no se han podido localizar.
27 Se ha argumentado en favor de cierta convergencia ideológica y práctica entre el ho-
lismo naturista y la política sanitaria nazi en la medida en que en ambos casos se propug-
naba el “deber” de la salud (Bothe 1991). También se ha asociado el neohipocratismo a
una ética que privilegiaba la salud del Volk por sobre la del individuo (Timmermann 2002).
28 Sobre la cuestión del nazismo en las colonias alemanas del Alto Paraná, ver, por
ejemplo, Abínzano (1991).