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TEATRO PEDAGÓGICO, 1940-1965                103



              4.  Teatro pedagógico en la Segunda Guerra Mundial:
                 Teatro Alemán Independiente

              En 1934, Ernesto Alemann, propietario del diario antinazi Argentinisches Tage-
              blatt, impulsó la creación de la escuela Pestalozzi (Pestalozzi-Schule) para resis-
              tir la  nazificación de las escuelas alemanas de Buenos Aires. Alfred Dang,
              emigrante, educador y periodista, fue el primer rector de esta escuela. Al igual
              que Stefan Zweig, Dang hacía hincapié en que el objetivo de la escuela Pestalozzi
              era: “enfrentar los demonios de la pedagogía nazi, esa intoxicación asesina, con
              verdadera humanidad” (AT, 6/4/1938: 3). Furioso, en un informe para Berlín, el
              embajador alemán Edmund von Thermann denunció que la escuela Pestalozzi
              era “abiertamente hostil a los principios de la nueva Alemania” (10/5/1934). En
              1934, Alfred Dang se granjeó la distinción de ser el primer alemán en Sudamé-
              rica desnaturalizado por el gobierno nazi.
                 Desde su fundación en 1940, el Teatro Alemán Independiente contribuyó a la
              misión pedagógica de armonía intercultural en la escuela Pestalozzi. El Teatro
              Alemán Independiente inició este esfuerzo con un intercambio cercano entre su
              elenco y los alumnos de la Pestalozzi-Schule, sobre todo mediante representa-
              ciones de cuentos de hadas (Jüdische Wochenschau, 15/5/1942). Más allá del
              entretenimiento, estas producciones eran una experiencia pedagógica compuesta
              con gran minuciosidad. Consciente del efecto poderoso que podían tener las
              representaciones dramáticas en las emociones de los niños, el Teatro Alemán
              Independiente protegió al público de jóvenes refugiados –varios de los cuales
              habían sufrido mucho en la vida real– de la siniestra contracara de violencia,
              muerte y fatalismo presente en numerosos cuentos de hadas. En su versión de
              Schneewittchen (Blancanieves) faltó la espantosa conclusión de la versión original
              del cuento (cf. apuntes Blancanieves, PWJA VI j) 312). En el guión Die Prinzessin
              auf der Erbse (La princesa y el guisante), escrito por el actor Max Wächter, se
              omitió la descripción militarista de un soldado y su bigote, que podría haber recor-
              dado a los niños de su sufrimiento en la Europa fascista (cf. apuntes La princesa
              y el el guisante, PWJA VI j) 312). Esta obra, representada en 1942, incluía varias
              canciones con letra en español, y hasta incluso un gaucho de las pampas argen-
              tinas. Al incorporar en los cuentos de hadas europeos estos marcadores cultura-
              les locales, se facilitó la transición de los niños de emigrantes a inmigrantes en
              Argentina. En el mundo del teatro, las víctimas más jóvenes del nazismo veían
              cómo se cumplían los sueños y se confirmaba un sentido de justicia puro y
              honesto, dos cuestiones que solían causar dolorosas decepciones en la vida real.



              5.  Teatro pedagógico durante la posguerra:
                 Teatro Alemán Independiente


              Durante la posguerra, miembros del Teatro Alemán Independiente, como Max
              Wächter y Hedwig Schlichter-Crilla, continuaron presentando obras para niños.
              Esta última, protagonista de éxitos de taquilla europeos como Mädchen in Uni-
              form (Internado de Señoritas, 1931), fue expulsada de los escenarios alemanes
              en 1933 y llegó a Argentina en 1939. En los primeros años posteriores a la gue-
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