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16 ANNE SAINT SAUVEUR HENN
puede mencionar una doble peculiaridad: la emigración alemana hacia la Argen-
tina fue aumentando su importancia tanto frente a las otras nacionalidades en
la Argentina como dentro de la emigración de los alemanes a ultramar.
Aunque la mayoría de los inmigrantes procedía de la Europa austral –desde
1857 hasta 1910, el 60 % de los inmigrantes fueron italianos, y el 20 %, españoles–
la participación de los alemanes registra un continuo aumento: mientras que entre
1857 y 1910 el porcentaje de los alemanes inmigrantes a la Argentina no compren-
día más que el 1,2 %, entre 1920 y 1930 fueron el 6%, y entre 1933 y 1945, el 28%.
También dentro de la emigración alemana a ultramar la Argentina se hizo cada
vez más relevante. Desde 1835 hasta 1914 el 90% de los emigrantes a ultramar
se dirigió a los Estados Unidos de América, y en ese lapso solo uno entre sesenta
emigrantes se decidió por la Argentina como destino. También, hasta la Primera
Guerra Mundial la mayoría de los emigrantes hacia Latinoamérica se dirigió al
Brasil o a Chile. Pero después de 1914 la Argentina se volvió más importante; en
los años más densos de inmigración, 1923 y 1924, más del diez por ciento de
los emigrantes se dirigió hacia la Argentina. Después de 1933 le corresponde un
papel aun mayor a la Argentina: el país aceptó la mayor cantidad de emigrados
a América Latina, el doble que el Brasil, cuatro veces más que Chile.
2) La dimensión histórica
Se pueden distinguir varias fases de la inmigración, con tres máximos. La inmigra-
ción alemana, que en 1852 fue estimada en unas 1.000 personas, en sentido estricto
no comenzó hasta 1853, o sea hasta después de la caída del dictador Rosas.
Hasta la Primera Guerra Mundial, según consta en las estadísticas argen-
tinas, inmigraron al país entre 1857 y 1910 unos 50.000 alemanes, pero esta
inmigración no fue continua. En los años 1880 fue especialmente alta (había un
saldo activo de unos 10.000), en correspondencia con una fase ascendente de
la economía en la Argentina. Los censos argentinos muestran lo siguiente sobre
la colectividad alemana hasta la Primera Guerra: en 1869 vivían en la Argentina
unos 5.000 alemanes, entre ellos tres veces más varones que mujeres; hasta
1895 se triplicó la población alemana y llegó a más de 17.000, de los que 10.000
eran varones; en 1914 vivían unos 27.000 en la Argentina.
Durante la Primera Guerra Mundial la inmigración alemana se detuvo tem-
poralmente, pero volvió a subir con fuerza a partir de 1920. Esta inmigración
refleja los problemas políticos de la posguerra. Aumentó en forma drástica en
los años 1923 y 1924, en que se produjo un cambio radical en lo concierne la
inmigración alemana: durante esos dos años el número de migrantes hacia la
Argentina fue de más de 13.000, lo que responde a la gran crisis económica en
Alemania. Desde 1925 hasta 1932 la inmigración alemana volvió a reducirse, lo
que probablemente refleja ante todo la crisis económica en la Argentina.
Desde 1933 hasta 1945 emigraron unos 40.000 perseguidos por Hitler a la
Argentina; la inmigración más numerosa tuvo lugar en 1938 con la llegada de
más de 10.000 emigrados.
Después de 1945 Perón abrió la puerta para alemanes que se fugaron de
la Alemania de la segunda posguerra. Si hubo entre ellos nacionalsocialistas
famosos, se trató de una minoría no representativa. Pero este no fue mi tema.
¿Por qué abandonaron los alemanes su patria?