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106 MARIANA GONZÁLEZ LUTIER
turas no-argentinas para seguir las reglas del futuro decreto Ortiz, por el expe-
diente 16445.15°/1941 (ibid. folleto 119), se declaró inhabilitados para seguir
dando clase a nueve docentes que enseñaban el alemán a argentinos en la
Goethe Schule. En ese grupo se encontraba Max Tepp. Casi tres años después,
en agosto 1941, fue resuelta la reincorporación de Tepp (ibid. folleto 120) a la
Goethe Schule. El material no permite esclarecer las razones de su rehabilita-
ción. Sin embargo, en ningún momento se le acusa literalmente de adoctrinar
a los alumnos/as de la escuela. En cambio, Werner Hoffmann es acusado de
ser el promotor de una ideología no solamente "anti-argentina" sino también
nacionalsocialista. Mientras que en el informe hecho sobre la Goethe Schule se
resalta únicamente el no cumplir con una "argentinidad" esencialista, en este
documento se hace mención explícita del nazismo como peligro en el ámbito
de las escuelas privadas alemanas.
Al terminar los interrogatorios, la escuela parece haber sido también la sede
de encuentro del Landesgruppe y del Ortsgruppe hasta el 1939, fecha de diso-
lución de ambas filiales del NSDAP. Al no haber podido consultar otra fuente que
contrabalancee esta información, no se pudo averiguar si es el producto de un
discurso polarizado o si verdaderamente hubo reuniones en la sede de la
escuela. Sin embargo, existen fuentes que señalan la organización del partido
trabajador alemán (véase National-sozialistische Vereinigung 15/8/1931), donde
el número de afiliados es muy escaso. Ronald C. Newton (1995: 98-99) señala
en su trabajo que pocas personas estuvieron afiliadas a estas organizaciones.
Con lo cual, si bien hubo reuniones en la Goethe Schule, no abarcaba a mucha
gente. Esta acusación es negada por todos los profesores interrogados
(Madueño, González 1942: 20-24), seguramente por miedo a que se cierre la
escuela. Dentro de la lista de los profesores, los inspectores erigen una lista de
los que han declarado lealtad al Reich o a Adolf Hitler. Ambos inspectores con-
cluyen que tal declaración permite al cuerpo docente alemán poder regresar a
Alemania con los años de trabajo reconocidos en Argentina y obtener una equi-
valencia de pensión en su país de origen. Esas observaciones realizadas a lo
largo del informe no permiten, por lo tanto, a los inspectores declarar la Goethe
Schule como un peligro para la soberanía de Argentina. Si bien los profesores
que trabajan siguen directivas recibidas por la Embajada, también se enseña la
historia argentina y cumplen con las condiciones del Consejo Nacional de Edu-
cación para trabajar en el país. Además, las declaraciones de fidelidad al Reich
son previas al decreto de 1939.
El trabajo de los dos inspectores revela la incapacidad del Estado argentino
en la gestión de estructuras extranjeras como el límite propio de la CIAA. Entre
los diferentes documentos, hay un leve matiz que parece ser fusionado en la
misma amenaza, es decir el ser no-nativo o el no seguir el modelo del "ser
argentino" defendido por ciertos actores de los años 1930 con prácticas y ideo-
logías ofensivas con toda otra que no se identifique con ella, como puede ser el
caso del nazismo. La CIAA parece gestarse en la idea de que toda acción cul-
tural o educativa con un público no-argentino es en sí una amenaza para la
nación argentina. En las conclusiones, los señores Madueño y González decla-
ran que no hay evidencias suficientes para acusar a la Goethe Schule de ser
abiertamente anti-argentina (Madueño, González 1942: 205).