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20                    RESEÑAS: ADRIANA ORTEA



              La lectura es amena y entretenida. Una perspectiva micro-histórica per-
           mite identificar nuevos significados a la luz de los contextos específicos. Un
           aporte relevante, por lo inédito, radica en contar la historia de esta comuni-
           dad trabajadora desde una mirada socio-antropológica que entrecruza toda
           la narración. Mirada que permite analizar las disparidades entre lo que se
           dice, lo que se dice que sucedió y lo que realmente sucedió. Desde la an-
           tropología, el territorio es el lugar de la representación y de la comunicación,
           donde las personas establecen una red de relaciones simbólicas y el contex-
           to necesario para el desarrollo. Desde allí, la autora plantea las múltiples ten-
           siones y disputas subyacentes percibidas en el mismo pueblo y descubiertas
           por ella en la observación de los lugares y en las entrevistas orales.

              •   La frontera entre lo público y lo privado visibiliza la pérdida de espa-
                 cios que son recordados de uso colectivo y de donde ahora se ven
                 expulsados, por ej. la fábrica.
              •   Fábrica Colón fue un espacio “cerrado” en sí mismo –autosuficiente,
                 autónomo, aislado entre río y arroyos– y sin embargo, “abierto” al
                 espacio transnacional en la migración de conocimientos y la expor-
                 tación de alimentos al mundo.

              •   Mientras en Europa los productos formaron parte de un patrimonio
                 alimentario, en Sudamérica las latas están en el museo como recuer-
                 do y el corned beef se transformó en monumento como una forma
                 de identidad.
              •   El pueblo representa la jerarquización de los ámbitos de trabajo:
                 abajo, el zafrero; en el medio, obreros, capataces y jefes; y arriba,
                 gerentes o mayordomos.
              •   Las huelgas y conflictos sindicales no entran en el campo de lo me-
                 morable para los vecinos. Sin embargo, hubo divisiones entre sindi-
                 calizados y “excluídos” (capataces y jefes fuera de convenio sindical)
                 y por supuesto, entre peronistas y radicales.

              •   La dicotomía “adentro”/”afuera” en la vida del pueblo siempre es-
                 tuvo presente. Aquellos “establecidos” son las familias tradiciona-
                 les versus los “outsiders” que vivieron en El Brillante y El Colorado,
                 como hábitat subalterno.

              •   Habitar Pueblo Liebig en el presente es un complejo escenario de
                 relaciones sociales atravesadas por la dicotomía “antes”/”ahora”,
                 pasado y futuro.
           Desde lo histórico local hay hallazgos, como el “plan de creación de un
           futuro pueblo en su propiedad” (p. 41), elevado al Gobierno provincial por
           el representante legal de la Compañía alrededor de 1968. Si bien los de-
           cretos en el Boletín Oficial evidencian las negociaciones entre la Compañía
           y el Gobierno, este documento contrasta con las memorias de los vecinos
           protagonistas de ese tiempo, quienes sienten que ellos crearon las condi-
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