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34 SIMON GERARDS IGLESIAS
y, sobre todo, la interrupción de Rusia como el mayor productor de trigo
del mundo a causa de revueltas relacionadas con la Revolución de Octu-
bre dejó un vacío. Weil Hermanos fue capaz de aprovechar esta brecha y
reanudar su negocio de granos. En Argentina, las empresas británicas no
habían logrado desplazar a las empresas alemanas a largo plazo, lo que
se debía a las considerables pérdidas de cosechas en 1913 y 1916, a la
prioridad otorgada a las exportaciones de carne y a la falta de entradas
de capital, que impedían toda inversión. Sin embargo, Weil Hermanos no
podía continuar el exitoso período anterior a la guerra.
Para algunos observadores contemporáneos era evidente que la ex-
traordinaria expansión de la producción y exportación de granos después
de la Primera Guerra Mundial estaba en peligro de desaceleración. El agró-
nomo Albert Boerger observó en 1921 que las oportunidades de expor-
tación de la Argentina no serían más favorables en el futuro, ya que los
precios caerían y la Argentina sólo había podido ampliar su posición como
productora de trigo durante un corto período de tiempo debido a la guerra,
pero estaba atrasada respecto de Canadá y los Estados Unidos en cuan-
to a volumen (Boerger 1921: 422). Un sistema tributario deficiente, el bajo
crecimiento de la productividad y la falta de una mentalidad empresarial
innovadora debido a la relación entre propietarios y arrendatarios se consi-
deraban desventajas estructurales en la Argentina. El creciente número de
huelgas de agricultores en la Argentina fue un obstáculo adicional para el
desarrollo, según la valoración de los cronistas de la época (Krause 1919:
93-94). Además, la caída de los precios del mercado mundial después de la
guerra fue el resultado de un excedente de trigo.
Hermann Weil tuvo una visión completamente diferente, que resultaría
equivocada. Ya en 1921 estaba convencido del extraordinario poder del
mercado de granos argentino, como escribió en una antología económica
del Profesor Hellauer (Universidad de Fráncfort del Meno). Describió que
las exportaciones de trigo argentino seguían una tendencia lineal al alza
si se ampliaba la producción nacional. Debido a la agitación política, se-
guía considerando que Rusia era incapaz de exportar y consideraba que
Norteamérica difícilmente podría satisfacer sus necesidades con su propia
producción. Estaba convencido de que la economía argentina sólo podía
beneficiarse de ello (Weil 1921: 154).
Mientras tanto, la administración de Weil Hermanos se encontró en
aguas difíciles bajo las delicadas condiciones del mercado. A petición de
Hermann Weil, su hijo Félix debía seguir dirigiendo la empresa en Argentina
después de la guerra. Félix regresó a Argentina en 1920 e iba a suceder a
Samuel Weil como Gerente General. Sin embargo, no se sentía cómodo en
el papel de hombre de negocios. Félix se había matriculado en economía en
la Universidad de Tubinga y mantenía contactos con círculos socio-filosófi-
cos en torno a Max Horkheimer y Friedrich Pollock, con los que más tarde
fundó el Instituto de Investigación Social de Fráncfort (Institut für Sozial-
forschung). Carecía de la capacidad empresarial para el cargo de director
general (Erazo Heufelder 2017: 35). Desde que Félix renunció a la dirección
de la empresa a petición suya y con el consentimiento de su padre, Samuel
dirigió la compañía hasta su muerte en 1922. Jorge Valois, que había diri-