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INTERCAMBIO ACADÉMICO CÓRDOBA – ALEMANIA            67



                       viajar al país por su propia cuenta y riesgo para esperar allí la oportu-
                       nidad de obtener alguno de estos puestos. Desde el punto de vista
                       oficial sólo puede desaconsejarse seguir tal vía. Desde aquí se apelará
                       a las representaciones alemanas en América del Sur, prestar debida
                       atención a toda ocasión en que se solicite eruditos alemanes en las
                       instituciones educativas locales y de informar acerca de ello .
                                                                        12

              ¿Qué información podemos extraer de esta correspondencia? 1. Los órganos
              estudiantiles cordobeses después de la Reforma tenían cada vez más influencia
              sobre la designación de las cátedras y su orientación científica. 2. Se implementó
              el nuevo sistema de nombramiento por antecedentes y oposición de los candi-
              datos ante un jurado. 3. En las facultades de Ciencias y Medicina de la Univer-
              sidad fueron numerosas las cátedras que al parecer no pudieron ser ocupadas
              adecuadamente. 4. La iniciativa de nombrar catedráticos extranjeros vino del
              lado argentino, de modo que en este caso no corresponde hablar de un “impe-
              rialismo cultural” alemán. 5. Los actores principales de la política cultural alemana
              en el extranjero, sin embargo, no sólo estaban interesados, sino más que dis-
              puestos en aprovechar las oportunidades, pero en cooperación con las autori-
              dades argentinas. 6. La imagen de la ciencia alemana y sus representantes no
              estaba afectada en los países neutrales, a pesar de haber sido desacreditada
              por los enemigos, incluso después de haber finalizado la Primera Guerra Mun-
              dial. Este hecho permitió el inicio de una nueva política cultural, que analizaremos
              enseguida con más detalle.
                 Con respecto al futuro de las relaciones académicas alemanas con Córdoba,
              se mantuvo la postura negativa del Ministerio de Relaciones Exteriores. Nadie
              en los círculos oficiales alemanes pensó en la posibilidad de someterse a las
              nuevas reglas para ocupar cargos universitarios en Córdoba y, hasta donde me
              consta, puedo afirmar que, hasta 1933 e incluso hasta el final de la Segunda
              Guerra Mundial, el Ministerio de Relaciones Exteriores no propuso ni un solo
              científico a la Universidad de Córdoba, mientras que fueron varios los profesores
              designados para trabajar en las instituciones científicas de Buenos Aires y La
              Plata, con la condición de dejar acordadas de antemano las condiciones de
              empleo con las instituciones argentinas. Las conferencias o lectorados de corto
              plazo eran la forma más frecuente de cooperación.
                 Anteriormente nos preguntamos por qué Córdoba no pudo proseguir con
              las relaciones argentino-alemanas de los años 1870 y 1880. Para dar esta res-


              12   Eckardt, Nota, s. d., rubricada por Soehring, jefe del departamento, el 31/1/1920 y reenviada
              el 14/2/1920 al Ministerio Prusiano de Ciencia [...]. PAAA R63260. Mientras tanto había llegado
              al Ministerio berlinés una carta de Rimann desde Dresden, refiriéndose a la ocupación de cargos
              docentes en las universidades de Córdoba, Santa Fé y Tucumán. Rimann explica en ella sobre
              las frecuentes oportunidades para jóvenes alemanes con formación académica, especialmente
              médicos, dentistas, farmacéuticos, zoólogos y químicos, pero la imposibilidad de obtener una
              garantía para la obtención de tales cargos. Los candidatos debían asumir el riesgo de costearse
              la travesía y la estancia de al menos tres meses (aprox. 300 pesos papel por mes), un gasto total
              de 20.000 marcos. Los salarios (en Córdoba, 400 pesos papel) apenas alcanzaban para los
              gastos básicos (trabajos paralelos eran inciertos). En su respuesta del 15/3/1920 al Ministerio
              prusiano, Soehring hace referencia a su carta del 14/2/1920 nombrada arriba.
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