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44                 ALWINA PHILIPPI DE KAMMERATH



          o lo ataban a un cochecito para pasear. Así transcurrió el tiempo, que trajo
          muchas alegrías y también penas. Carlos Jürgens, el marido de Mariechen,
          perdió su trabajo y los llevé a vivir en mi quinta; allí pude disfrutar plenamente
          de mis tres nietos. En el año 1898 quebraron muchos negocios, porque toda la
          mercadería venía de Europa y debían pagarla al contado, y ellos debían dar
          fatalmente crédito, así que Gerardo tuvo que cerrar su droguería . Al cabo de
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          dos años consiguió que lo nombraran gerente de una gran droguería de Buenos
          Aires, así que viajaron en 1900 para allá. Yo los visité con frecuencia y me ale-
          graba tan feliz hogar. Cuando Carlos Jürgens consiguió un empleo en Villa
          Cañás, yo acompañé a Mariechen y los chicos. Muy pronto compré un terreno
          en Cañás, edifiqué, y así estoy cerca de mis hijos.
            Aquí terminan las memorias de Alwina Philippi de Kammerath, dictadas a su
          hija Berta. Vivió en Villa Cañas hasta el fin de sus días. En 1926 pudo hacer con
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          algunas descendientes una valiosa fotografía de cinco generaciones, publicada
          en la revista Atlántida . En 1927, pudo hacer con otros descendientes otra de
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          cinco generaciones. Estos acontecimientos la llenaron de felicidad, pero también
          tuvo inmensas penas. Ya anciana perdió a su hijo Alwin, a sus yernos Carl Jür-
          gens, Richard Priefer y Gerardo Gietz, y finalmente a su hija Gustchen en 1936.
          Con paciencia y resignación soportó su inmensa pena. Diez años antes de su
          muerte quedó paralítica de ambas piernas, por su reumatismo. Así estuvo los
          últimos años de su vida atada a una silla de ruedas, pero conservando hasta el
          final su excepcional espíritu, tocando el piano, manejando sus finanzas y parti-
          cipando en todos los acontecimientos familiares. El 6 de marzo de 1937, estando
          en cama por un estado gripal, y mientras jugaba a las cartas con una nieta, se
          durmió eternamente, tranquila y sin dolores. Su tumba está en el cementerio de
          Villa Cañás. En el Cementerio Alemán de Buenos Aires están las tumbas de su
          madre Margarita Lanz, fallecida en 1882 , y de su hermano Karl Philippi. (Nota
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          de su nieta Berta Gietz de Gietz).

            Traducido del alemán por su bisnieta Lola Gietz de Lange  (1972).
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          83    La crisis económica en la que ocurrió esto, se menciona en Elsner 1932: 95.
          84    Ms. om. con
          85    No se pudo localizar esta foto en el año 1926 de Atlántida.
          86    Se encontró la entrada para Margarethe Lanz, nacida Schelver, viuda, en los libros de
          defunción de la Iglesia Evangélica Alemana. Había nacido en 1817 en Heidelberg. Falleció de
          un derrame cerebral el 19/12/1882, a los 65 años, 6 meses y 7 días de edad. Uno de los tes-
          tigos que firmaron el acta era Carl Philippi, de 44 años, su hijo, nacido en Wiesbaden. El otro
          se llamaba Hermann Moritz Tiepold, provenía de Breslau y tenía entonces 54 años.
          87    Dolores Alejandra Gietz, * 4/1/1912, † 9/7/2005. Hija de Federico Gietz y Berta Gietz de
          Gietz. Esposa de Oscar Federico Lange. Hermana de Elena Berta Elisa Gietz, Elisa Gietz,
          Susana Gietz y otros. Dos hijos.
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