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192 PEDRO N. SADLER
cumplir, si es que lograban el permiso correspondiente. No siempre se pudo
evitar que fuesen derivados al Hotel de Inmigrantes, donde debían quedar hasta
que los trámites concluyeran.
Ingresaron al continente americano por el nazismo, 324.000 personas, de
ellos, 45.000 a la Argentina; el mayor número de toda América Latina.
Con respecto a los que llegaban al país sin conocer a nadie aquí, sin conocer
su idioma y sin medios económicos, hubo que prestarles aún mayor ayuda, por
lo que hubo que darles alojamiento por un tiempo (algunas semanas y/o meses).
El Hilfsverein formó un Hogar de Residencia en 1934 (calle Talcahuano 1134,
Buenos Aires) para 34 personas; luego otro en la calle San José 1408 para 70
personas, en los que hubo que tener personal que entendiera y hablara el idioma
alemán para ayudar a los residentes. Esos hogares de residencias naturalmente
ofrecían comida, atención, consejos, instrucciones, etc. Hubo, además otras
cinco pensiones independientes, donde el Hilfsverein, según las necesidades
enviaba y mantenía a otros Emigranten.
En 1940 terminó el tema de los Hogares de Residencia, pues después de la
iniciación de la Guerra (1/9/39) se prohibió en Alemania la salida de los judíos y,
como consecuencia, no hubo más posibilidades de llegar a otros países.
Enseñanza y publicaciones
Hubo clases gratuitas de enseñanza del castellano para los que llegaban al país,
sin conocer el idioma. En las clases también se daban nociones de geografía y
de la historia del país. Con respecto al tema, muchos Alteingessene contrataban
a Emigranten a trabajar en sus empresas, donde, aparte de hacerlo, ganaban
unos pesos, estaban ocupados y aprendían, estando junto a otros, el idioma.
También se desarrollaron clases de español para niños, para que ellos pudie-
ran desenvolverse mejor.
En marzo de 1934 se emitió la primera publicación del Hilfsverein, que se
llamó Mitteilungsblatt (hoja informativa), escrita en idioma alemán con algunos
artículos en español; esa publicación se remitía a los socios y, posteriormente,
se llamó Filantropía.
En 1934, también, se fundó la Colonia de Fomento Agrícola en Choele Choel,
provincia de Río Negro. He de señalar que Don Adolfo Hirsch, amigo del señor
Roberto Rosauer, se interesó mucho por las plantas y árboles frutales que éste
había desarrollado en Pomona (Río Negro), donde desarrolló un emprendimiento
de producción de frutas. Don Adolfo Hirsch quedó muy entusiasmado, se inte-
resó por la temática y, en Cipoletti, él mismo desarrolló esa actividad.
(En Río Negro viven hoy descendientes de los Hirsch, que continúan con la
tradición familiar).
De cualquier manera, en 1934 se constituyó el Fomento Agrícola, que adqui-
rió 40 hectáreas, y luego algunas más, en la isla de Choele Choel, con la idea
de fomentar asi la enseñanza y futura labor de los jóvenes. Empezó con 11
jóvenes, que aprendieron las labores propias.
Pasaron por Choele Choel más de 120 jóvenes, que guardan excelentes recuer-
dos de esta experiencia y muchos de ellos trabajaron luego en la frutihorticultura.
En 1935 se funda la Biblioteca "Organización Amigos de la Lectura", con
libros en alemán para fomentar la distracción de muchos y algunos libros en