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A. E. ASCIUTTO, LA DEUTSCHE SCHULE BUENOS AIRES 19
De esta manera, se pueden identifi car dos problemáticas centrales: la
primera trata de los desafíos que la Deutsche Schule Buenos Aires afrontó
desde comienzos de los años 30 hasta 1946, siendo una de las pocas es-
cuelas que se opuso a la alineación de las instituciones de la comunidad
alemana con el nazismo. La segunda se enfoca en el trabajo de la memoria
histórica, tanto acerca de la dictadura cívico-militar de 1976 como del pro-
pio nazismo en las escuelas alemanas privadas hoy en día.
Para ello, el autor cita principalmente dos fuentes: las ya mencionadas
memorias anuales de la escuela –en las cuales se puede encontrar el calen-
dario de los eventos organizados por la institución, la lista de los profesores
que trabajan en el ciclo lectivo, las estadísticas sobre la nacionalidad de las
y los estudiantes, el informe contable de los gastos y créditos de la escue-
la– y el diario progresista Argentinisches Tageblatt publicado en idioma ale-
mán en la ciudad de Buenos Aires y fundado en 1889 por Johann Alemann.
Como lo afi rma el autor, previamente a la reconfi guración del panorama
político, ideológico e institucional ocurrida a partir del 1930, se observan
en Buenos Aires desacuerdos y confl ictos dentro de la comunidad ger-
manoparlante, entre los que se destacan los de los miembros de la aso-
ciación Vorwärts y la mayoría de la colectividad que apoyaba a Bismarck.
Los germanoparlantes de Suiza, Alemania y Austria, laicos, progresistas y
socialistas que gravitan alrededor de la familia Alemann, tienen trayectorias
de vida, al estar politizados, que se traducen de forma nítida en las fuentes.
Por esa razón, es posible vincular la fundación de la asociación Vorwärts,
del periódico Argentinisches Tageblatt (AT) con las escuelas Cangallo y,
más tarde, Pestalozzi con la transmisión de valores progresistas y de liber-
tad. Sin embargo, confi rmar una genealogía directa entre los partidarios
de Bismarck –nostálgicos de la Monarquía alemana bajo la República de
Weimar– y los que fueron partidarios de la NSDAP, creada en Argentina en
1931, puede producir una lectura que homogeneiza al resto de la comu-
nidad alemana en Argentina. En efecto, a través del análisis que Asciutto
hace de las fuentes, podemos identifi car tres posiciones tentativas fuera
de los antinazis. Por una parte, los actores sociales claramente hitleristas,
nazis y partidarios de las políticas culturales, educativas y de propaganda
nazi que estuvieron a cargo de la responsabilidad en el ámbito educativo,
diplomático, económico y político. Por otra parte, los llamados “Mitläufer”
–seguidores pasivos– en cuyos casos las fuentes no permiten hasta el día
de hoy aclarar con precisión su rol o benefi cio al quedarse dentro de la
comunidad alineada. Y fi nalmente, personalidades que cristalizan la com-
plejidad del periodo y apuntan a una mayor porosidad en las posiciones ya
mencionadas, como Max Tepp, conocido por sus aportes pedagógicos,
que, habiendo trabajado en la Goethe Schule de 1932 a 1941, no fue par-
tidario del nazismo.
Dicho esto, es importante subrayar que a partir de 1931 los desacuer-
dos políticos por parte del núcleo de germanoparlantes progresistas mutan
en un repudio claro a la alineación nazi, provocando un desdoblamiento
progresivo en el campo educativo y cultural de las instituciones alemanas.
Asciutto presenta un análisis de una columna que se publicó en el perió-
dico AT, en la cual se halla una clara ruptura con la deseada alineación al