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BIBLIOTECAS DE GERMANISTAS ARGENTINOS 35
durante una década para diarios alemanes como el Kölnische Zeitung y el berlinés
Vossische Zeitung sobre economía, política y cultura argentinas. En 1928 dictó un
largo curso sobre la historia de la Literatura Alemana en las aulas de la Facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires que luego se transformó en un
manual, provisto de numerosas citas de textos alemanes que él mismo había tra-
ducido para sus clases. Para ello, el manejo de una biblioteca alemana provista de
los autores a que se refería hablan de anaqueles amplios y valiosos, además de un
archivo importante proveniente de su gestión como director de la revista Phoenix.
Un vestigio de ello es el fragmento de diario de Robert Krause, que le fue entregado
por una descendiente del joven pintor viajero que acompañó a Rugendas en el cruce
de la cordillera de los Andes en 1834, y que Haas se preocupó por traducir al cas-
tellano y publicar en la edición Fénix de su revista (Krause 1923: 42).
Por su repentino fallecimiento, en 1930, y según lo señalan algunas necrolo-
gías, quedaron inéditos voluminosos manuscritos, que desaparecieron como
habrá sucedido con su biblioteca. No hay ningún indicio de que lo acompañaba
la familia en el destino argentino que hubiera podido hacerse cargo de ella y en
el Ibero-amerikansiches Archiv de Berlín están guardados solo un par de mate-
riales como pertenecientes a su legado.
Sin embargo Albert Haas nos ha dejado algunos aportes interesantes en torno al
tema tratado, ya que en el afán de caracterizar la inmigración alemana a la Argentina,
de aquella correspondiente a mediados del siglo XIX, relata de ella que no obstante
haberse mezclado con el patriciado porteño a través de alianzas matrimoniales: “en
sus casas uno se tropieza a menudo y de una manera sorpresiva con bibliotecas
alemanas y con mobiliarios alemanes que comprueban en su elegante sencillez el
origen culto del fundador de la familia” (Haas: 562) . Como ejemplo de ello nombra
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al hijo del inmigrante alemán Germán Frers y de la argentina Rosario Lynch, el Dr.
Emilio Frers, con quien ha mantenido un trato cercano. E. Frers le ha confiado que
desearía donar su biblioteca alemana a alguna institución pública argentina, para
paliar así en algo la escasez de material científico de esa procedencia.
A partir de esa información nos explicamos el nombre “Emilio Frers” que lleva
la biblioteca de la Universidad del Museo Social Argentino, heredera de la insti-
tución homónima que ese primer ministro de Agricultura del país ayudara a
fundar en 1911, junto con una biografía prolífica en contribuciones trascendentes
para el desarrollo agropecuario de la Argentina.
11 En el original alemán: “In ihren Häusern stoesst man oft ganz ueberraschenderweise auf
deutsche Bibliotheken und auf alte, in ihrer vornehmen Einfachheit den gebildeten Ursprung
des Famliengruenders beweisende deutsche Zimmereinrichtungen”.