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BIBLIOTECAS DE GERMANISTAS ARGENTINOS 37
Hacia el fin de su vida, Probst expresó en sus cartas la voluntad de donar
sus libros a la biblioteca por él fundada , después que la Facultad le tributara
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un reconocimiento institucional al nombrarlo profesor emérito y director hono-
rario del Instituto de Estudios Germánicos. Asimismo pensó en hacerles llegar
algunos de los libros a sus allegados en Alemania, quienes lo habían ayudado
permanentemente en sus búsquedas bibliográficas. Recordemos que a pesar
de estar separado de la Facultad, Probst estaba empeñado en continuar con la
publicación de la Antología Alemana, compuesta por 33 fascículos de textos
bilingües que abarcaron la producción literaria alemana desde la biblia de Wul-
fila, en el siglo IV, hasta el Sturm und Drang de fines del siglo XVIII .
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4. La biblioteca perdida y recuperada de Werner Bock 16
Entre quienes debieron abandonar Alemania por causa del Nacional Socialismo,
no son muchos aquellos escritores que hicieron del exilio una plataforma de
crecimiento intelectual y creativo. Werner Bock, llegado a la Argentina a comien-
zos de 1940, es uno de ellos y en forma paradigmática su biblioteca refleja una
trayectoria que, conservando la cultura de origen, se amplía a una nueva dimen-
sión idiomática sudamericana, marcada por la lengua y las tradiciones hispáni-
cas, de origen greco-latino en su apreciación.
En distintos recuerdos autobiográficos, Bock cuenta que trajo consigo unos
pocos libros, 60 especifica él, de la biblioteca familiar de la ciudad de Giessen que
albergaba a miles de ellos. Se trataba de un lugar central en su hogar, donde
Alfred Bock, el padre, escribía y recibía a conocidas personalidades culturales de
la época. En los anaqueles se encontraban valiosas ediciones, firmadas y entre-
gadas de la mano de los propios autores, incluso por el mismo Goethe. Junto a
los libros transportados a la Argentina, se hallaban también los manuscritos inédi-
tos del diario de su padre, que verían la luz en Alemania a fines de la década del
50 como una deuda cumplida por el hijo escritor de la familia (Bock, A., 1959).
También relata Bock sus andanzas para comprar, para tratar de rehacer una
biblioteca alemana en la lejana Buenos Aires. Su asombro es grande al compro-
bar las montañas de libros que ofrecen los anticuarios, provenientes de bibliotecas
de emigrantes que quizás las entregaran al peso o por metro (Bock, W., 1957: 90).
Se trata de un escenario de librerías alemanas que llegarán a la docena, cuyo
origen en muchos casos son los libros personales traídos por el propio dueño al
abandonar Alemania, como es el caso de Juan Henschel en 1942 y de James
Friedmann, en sus primeros tiempos como librero (Münster 2011: 158). Varias de
14 Carta de Juan C,Probst a R. Parsch, fechada el 20.07.1968,
15 Se halla transcripta una lista de los títulos y contenido de cada uno de los fascículos de la
Antología Alemana en mi libro Historia de la Germanística argentina Ídem nota …, pp. 143-147.
16 Werner Bock (1893-1962), nació en Giessen, hijo del escritor regionalista Alfred Bock.
Estudio filosofía y literatura alemanas, participó en la Primera Guerra Mundial. Dedicado a
tareas comerciales hasta su emigración a la Argentina en 1939. Numerosos artículos cultura-
les en La Nación, Correo Literario, Sur; libros de crítica literaria (Idea y amor, Momento y
eternidad), obras de creación: relatos, páginas de diario, cuentos, poesía (exclusivamente en
alemán). Murió en Zurich en 1962, país suizo al que había retornado en 1958.