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LOS ALEMANES DE RUSIA (DEL VOLGA) EN ARGENTINA      179



              estas comunidades, al igual que en Rusia, país del cual llegaron y con el que
              tenían en su comienzo un amor y una extrañeza sin igual. Los sucesos del bol-
              chevismo con la negación de la fe, clave en las aldeas alemanas en Rusia y la
              violencia ejercida, generaron una repulsa generalizada en nuestro país. Lo mismo
              ocurrió con las accion es de Stalin y la deportación de todos los alemanes étni-
              cos hacia Siberia y al este de Kazajistan, generaron un olvido y rechazo total de
              todo lo que fuera ruso, ya que muchos de los familiares que quedaron en aque-
              lla tierra, fueron objetos de esa violencia. Por otro lado, las aldeas y colonias de
              Alemanes de Rusia en Argentina, a lo largo de los cien años, progresaron y
              vivieron miles de vicisitudes. Muchos colonos se afirmaron en su vocación de
              trabajo y desarrollo. Otros se vieron obligados a migrar internamente. No obs-
              tante, en todos quedaron las bases con que fueron confirmados originariamente,
              conservación de la lengua, una familia fuerte y numerosa, la fidelidad en la reli-
              gión y una fuerte dedicación al trabajo. Bases que, aunque debilitadas, fueron
              la clave de la celebración.
                 Uno de los hechos más significativos es el surgimiento de la Asociación de
              Descendientes de Alemanes del Volga (ADDVA), que, entre sus objetivos, intentará
              realizar una unidad transversal de todos los descendientes. Para ello, realizará
              una serie de actos en el marco de una gran celebración para recordar la llegada
              a la Argentina. Esta situación encuentra a la sociedad volguense con entusiasmo
              y en verdadera perspectiva de apertura, por lo que la fecha contiene en sí misma
              el carácter de "bisagra" en los momentos de su historia. El Centenario encuentra
              por un lado a las colonias y aldeas con su identidad original, aunque con mayores
              niveles de apertura, dado que el tiempo transcurrido entre la década del cuarenta
              y la actualidad (1978) ha permitido el acceso de muchísimos niños a la escolaridad
              obligatoria y otros tantos a los niveles de escuelas secundarias y técnicas, situa-
              ción que deja a muchos de estos alumnos en las puertas de la universidad. Simul-
              táneamente aparecen diversas publicaciones que, vinculadas a la historia y a las
              costumbres y tradiciones de la comunidad, permiten una revalorización tanto de
              la comunidad como de la necesidad de progresar en los niveles de conocimiento
              e identidad. Las asociaciones que se crean tendrán por objeto la reunificación de
              su gente ("unsere Leute o sea "nuestra gente") en reuniones, celebraciones y
              fiestas, en las que no sólo se posibilita el encuentro personal y social, sino que, a
              la vez, se profundizan los conocimientos de la identidad étnica-cultural y se vuelve
              a hablar con la familia y amigos en la lengua que utilizaron sus abuelos o que ellos
              mismos conocían desde pequeños.
                 La literatura volguense puede hablar de una epopeya de más de doscientos
              cincuenta años, que van desde su salida de la actual Alemania en 1763 hasta hoy.
              Dos migraciones importantes, hacia Rusia y hacia América, con mucho esfuerzo
              y trabajo. Muchos abuelos silenciaron sus penurias, sus vergüenzas y sus dolores.
              Situaciones que llevan todos los procesos migratorios, con el acompañamiento
              de desgarro familiar y de extrañeza, de desconocimiento de los nuevos lugares,
              sus temperaturas, su naturaleza y su cultura. Vergüenzas de haber sido despre-
              ciados en tierras desconocidas o ser considerados de más bajo nivel por no haber
              nacido en una Alemania de origen. Dolores de haber sufrido el maltrato de reiniciar
              sus vidas desde cero, de haber sufrido frío y hambre. Pero también estos hombres
              han traído esperanza y alegría por sus fértiles descendencias, por su fidelidad a
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