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20 HANS KNOLL
A pesar de los obstáculos y contratiempos a finales de la década de 1920,
cientos de colonos nuevos se habían asentado en tierras fiscales, embarcándose
en un complicado y lento proceso administrativo que no siempre concluía con la
entrega de los títulos de dominio. Esto se debió a la falta de regularización dominial
de la tierra, que trajo inseguridad jurídica y arbitrariedad administrativa, lo que a
menudo iba acompañado de largos trámites legales. Más sencillo burocrática-
mente, pero más costoso fue el asentamiento en tierras privadas, que comenzaron
a distribuirse con el cultivo del algodón. Algunos latifundistas parcelaron partes de
su propiedad y las ofrecían para su venta o arrendamiento. Para la mayoría de los
inmigrantes alemanes, con escasos recursos, esta opción no era válida.
La producción algodonera produjo cambios sustanciales en la estructura
socio-económica del Chaco: por un lado, en tiempos de cosecha se requería
mano de obra estacional, compuesta principalmente por aborígenes del norte
y braceros correntinos, o a veces también de las provincias del sur. En las épo-
cas de crisis de la explotación forestal, los trabajadores encontraban empleo en
la cosecha del algodón, sin que eso contribuyera a afianzar su situación, lo que
desestabilizó la sociedad. Por otro lado, con el auge del algodón surgieron nue-
vos centros urbanos y crecieron los medios de transporte, almacenes y el sec-
tor servicios, todo esto fue un proceso de transformación que, como vimos
antes, llamaba la atención de los visitantes como Haas, Ecker y otros.
A raíz de la crisis productiva y de comercialización de 1925-27, que marcó un
fuerte recorte en el desarrollo del Territorio Nacional, se alzaron por primera vez
en el país voces en favor de la industria textil nacional, todavía muy rudimentaria,
y de la imposición de aranceles a los productos textiles provenientes del exterior,
cuyo precio a menudo era inferior al costo de producción en la Argentina. Des-
pués de esta importante crisis, la industria textil se recuperó en los dos años
siguientes, para colapsar nuevamente como resultado de la caída dramática de
los precios internacionales. Los productores de algodón se vieron obligados a
vender sus productos por debajo del costo de producción. Recién después de
la Gran Depresión de 1929 se desarrolló gradualmente una industria que buscaba
sustituir las importaciones de textiles y satisfacer la propia demanda del país .
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Esto hizo que se triplicara en una década la zona de cultivo de algodón en el
Chaco . A pesar de eso, aún a largo plazo, el principal problema para los agri-
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cultores, que era la desfavorable comercialización del producto, no fue eliminado:
por un lado, una "oferta atomizada" de productores primarios chaqueños, y por
el otro, la "demanda concentrada" representada por las empresas exportadoras,
impedían una "integración vertical" del Chaco en la economía argentina, lo que
contribuiría a afirmar el "desequilibrio regional" . A pesar de su riqueza potencial,
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el Chaco siguió siendo una provincia marginal en la que el productor algodonero
28 La sustitución de importaciones causada por la crisis abarcó no solo la industria textil, sino
también la industria alimentaria. Martínez 2018: 181.
29 De 99.000 hectáreas sembradas en 1929 se pasó a 310.000 en 1939. En este año, y por primera
vez en el mercado textil algodonero argentino, la producción local superó a las importaciones en
el abastecimiento del consumo interno, participando en él con un 54,1%. Carlino 2004: 2.
30 Con estos términos, Carlino (2009: 3, 19s.) caracteriza la relación entre productores y
consumidores industriales y la marginación económica del Chaco.