Page 80 -
P. 80
78 EDUARDO DEVRIENT
campos bajos y boscosos de Fortín . Una parada de noche bastó para causar
42
el desastre. Después de dos semanas noté que una vaca tenía sangre en la
orina y no se podía levantar. Inexplicable. El animal, al igual que algunos otro
ejemplares, murió de tristeza. Finalmente se descubrió la causa, y se veía a
simple vista una vez que las garrapatas crecieron. El campo estaba invadido
de garrapatas y tuve que bañar a las vacas un año entero para poder poner las
cosas en orden.
A pesar de estos contratiempos, no se había debilitado la confianza de Diehl
en mis habilidades y características morales. Él era un típico hombre de campo
y conocía muy bien su oficio como para ignorar que no se podía saber de todo
ni se podían evitar algunas pérdidas. /40/ Cuando le ofrecieron un nuevo campo
de 5000 hectáreas en R. Cárcano, a 7,50 pesos la hectárea, me envió allí para
verlo y examinarlo; y mi informe fue tan hábil y convincente que Diehl compró
el campo a 5,50 pesos. Como el campo tenía muchos bosques y bajos, no
valía más que eso. Con 80.000 pesos en la cartera, firmé el contrato de com-
pra a su nombre. Para mí fue algo inquietante extraer el dinero del banco y
llevarlo a la escribanía. Después de un tiempo, Diehl hipotecó el campo en
120.000 pesos y al cabo de tres años lo vendió en 300.000. Yo me quedé
boquiabierto. ¡Eso sí que eran altas finanzas! Diehl me asignó $20.000 por mi
intervención. El intermediario del negocio fue el doctor Ramón Cárcano , a
43
quien conocí entonces y más tarde durante su campaña electoral se acordó
de mí. En la estancia de Cárcano también conocí a su joven hijo, Miguel Ángel,
hoy reconocido ministro de Agricultura, que le dio al país algunas leyes muy
buenas.
Era aproximadamente 1902 cuando mi hermana Gertrud se vino a vivir con-
migo. En el barco conoció a Thomsen, un joven cuya familia poseía una quinta
llamada La Selva cerca de Montevideo y unas 2500 hectáreas de campo cerca
de Las Rosas. Mi hermana se casó en Buenos Aires, se mudó a Montevideo y
a mí me ofrecieron administrar La Oriental con Hugo Thomsen como mayor-
domo. Como yo ansiaba tener cada vez más responsabilidades, más trabajo y
más ingresos, viajé a Buenos Aires y le expuse a Diehl la cuestión. Se mostró
tan poco entusiasmado por que yo quisiera administrar también otra empresa,
que me dijo abiertamente que no le gustaba la idea y que ya no quería trabajar
en condominio, que La Constancia debía pertenecerle a él o a mí. /41/ Le dije
–íbamos caminando por la calle –que si estaba dentro de mis posibilidades, me
quedaría con gusto con La Constancia. ¿Cuánto costaría? "¡Ponga precio!", dijo
Diehl. Como el campo había sido tasado por la Sociedad Hipotecaria en
$300.000.-, yo ofrecí pagar ese precio. "Bueno, hay $150.000 en hipoteca,
$75.000.- es su haber más o menos entre valorización etc. y su capital, y por los
$75.000.- restantes me firma un pagaré, que yo descontaré en el Banco Alemán
y que Ud., poco a poco va amortizando. ¿Está conforme?". En cinco minutos
nuestro negocio estaba cerrado, y yo era dueño de La Constancia, con sus 2700
hectáreas de alfalfa. A partir de aquel momento estuve endeudado hasta el
42 En Córdoba, casi en el límite con Santa Fe, a 169 km. de Ordoñez.
43 Ramón C. Cárcano (1860-1946), importante historiador, político y estanciero, fue gober-
nador de la provincia de Córdoba en 1913-1916 y 1925-1928.