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Verlage und Drucker / Editoriales e imprentas     27

               lich als Verleger betätigt. Vor allem aber liessen weiterhin mehrere Inhaber von
               Buchhandlungen, wie Hans von Foerster, E. Beutelspacher und Werner Schmidt,
               Bücher drucken und fungierten somit als Verlage. Schliesslich waren auch die
               Zeitungshäuser Alemann und Tjarks als Verlage tätig. Kurz vor dem zweiten Welt-
               krieg entstand der Exilverlag Estrellas, der direkt als Verlag gegründet wurde, und
               Cosmopolita, der wie die früheren Verlage aus einer Buchhandlung hervorging.
               James I. Friedmann, der Gründer des Verlags Cosmopolita, hat Erinnerungen zu
               der Verlagsgeschichte hinterlassen (Friedmann 1965).
                  Der Verlag El Buen Libro war ein neues Unternehmen. Mit seinen Reihen “Aus
               Klaren Quellen”, die im Format den Inselbüchern ähneln, und “El Buen Libro” hat er
               in Argentinien zur Zeit des II. Weltkriegs und unmittelbar danach die grösste Anzahl
               an deutschsprachigen Bücher auf den Markt gebracht. Auch dieser Verlag hatte
               seinen Sitz in einer Buchhandlung, El Buen Libro, im Stadtteil Belgrano, der da-
               mals weitgehend deutschsprachig war; der Besitzer dieses Ladens war ein ehema-
               liger Lehrer namens Werner Schmidt. Die beiden von ihm herausgegebenen Serien
               enthalten fast ausnahmslos Nachdrucke zeitgenössischer Romane und leichtester
               Klassik, incl. viel Humor. Mit ihnen konnte der Verlag eine Lücke schliessen, die
               durch die fehlenden Importe während der Hitlerzeit entstanden war. “El Buen Libro”
               umfasst 50 Titel, “Aus Klaren Quellen”, eine Serie von 10 Bändchen.
                  Verlage, die mehr als 20 Bücher herausgebracht haben, sind neben diesem
               Unternehmen nur der dem Exil nahestehende Verlag von James I. Friedmann,





               “El Buen Libro” se llegó a editar durante la Segunda Guerra y los años in-
               mediatamente después, un número mayor de libros en alemán. El dueño de
               esta librería era un ex-docente de nombre Werner Schmidt, que a su vez lo
               encontramos como compilador de varios libros humorísticos. Las dos series
               que editó contienen casi solo reproducciones de novelas de la época y de lo
               más trivial de la literatura clásica alemana, incluyendo mucho de humorístico
               y Denkspiele (juegos de concentración). Con esta literatura la editorial pudo
               colmar un hueco, que se originaba en la considerable falta de importaciones
               durante el período de la guerra.“El Buen Libro” abarca una colección de 50
               títulos, “Aus Klaren Quellen”, una serie de otros 10.
                  Editoriales que hayan editado más de 20 libros son, al lado de esta última
               empresa, solo Cosmopolita y la editorial anacrónica nazi  Dürer-Verlag, una
               empresa de la posguerra que editó hasta 1956 unos 50 libros, diez años de la
               revista mensual Der Weg y una serie en 10 tomos de separatas de este perió-
               dico, además de un almanaque. La editorial Fändrich también sufrió cambios
               importantes después de la Segunda Guerra, pues, luego de un programa ante
               todo práctico, editó varias series de escritos esotéricos. Algunas de las edi-
               toriales trabajaban en alemán o incluso con más idiomas, como Martin Sch-
               neider, que editó varios de sus informes de guerra, pero también novelas o
               narraciones en castellano, y Estrellas produjo unos 10 libros en alemán, pero
               también otros en castellano o en hebreo. También en la Editorial Luzian de
               Chascomús, en la provincia de Buenos Aires, al lado de las alemanas se edita-
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